¿Quién es mujer tierra?

¿QUIÉN ES MUJER TIERRA?

“Nací en la comunidad indígena Zapoteca de San Miguel Suchixtepec, Miahuatlán, en la Sierra Sur del Estado de Oaxaca, México. A los 30 años después de haber cumplido al pie de la letra todos los estándares programativos del mundo moderno, de ser una excelente estudiante, entregada trabajadora en la profesión que elegí formarme, Agroecología; me enfermé y me costaba tomar el rumbo y sentido de mi Vida.

 

Emprendí un camino de aprendizaje distinto para volver a la raíz, y me di cuenta que había vivido por más de 30 años, cegada de la realidad natural; que me había sido negada. Conocí GENTE muy valiosa, con mucha sabiduría y realmente conectados desde la madre tierra y con respeto a ellos y a ella misma, quienes me ayudaron a recordar el verdadero sentido de SER HUMANA en VIDA, primero recupere mi Salud, me asumí TIERRA y de ella aprendí el arte de cultivarla y al mismo tiempo cultivarme.

El viaje de sanación inicio con un proceso de autoconocimiento de mi cuerpo, de mi linaje femenino, de mi ser mujer. En este andar conocí a mujeres hermosas que me recordaron y enseñaron el arte de caminar con la Luna, así me encontré en mi primer aprendizaje hacia el entendimiento de la sabiduría ancestral femenina (vivir en sincronía). Primero a reconocerme Mujer que Cicla como la Tierra, como la Luna, como todo lo que vive.

En mi camino laboral como facilitadora de procesos organizativos y de producción con campesinos de distintas comunidades del Estado de Oaxaca y otros estados en México, vi lo devastadora que se encontraba la Vida en el campo, en una condición puedo decir minada ante los impactos de los actuales modelos de producción de alimentos a gran escala y también por la pérdida del conocimiento ancestral para cultivar alimentos sin dependencia de máquinas e insumos químicos, y del desvinculo a los principios de la alimentación ancestral, cuya práctica garantizaba la vida de gente hasta los 100 años, cosa que actualmente no sucede con nuestras generaciones. Con ello quiero decir, que vi comunidades enteras enfermas, débiles y al borde del abismo, dependientes cada vez de alimentos dañinos del exterior. Me parecía paradójico, teniendo toda la tierra posible a sus pies, me preguntaba insistentemente ¿Por qué sucede esto?, ¿Por qué nos ponemos en una situación de pobreza, cuando la tierra expresa todos los días su máxima abundancia?, ¿Por qué los campesinos me decían que la Tierra no da sin fertilizantes químicos?.  

Vivir y sentir mi proceso de recuperación de Salud, me hizo consciente del proceso que vive y siente la Madre Tierra, mi mala salud, era solo un reflejo y resultado del trato dado a la madre sosteneroda. Y como era ese resultado, mi cuerpo, mi espiritú y alma enferma, resultado solamente de lo que me había alimentado. En una Tierra sana crecen plantas, animales y seres humanos sanos y felicides. Me di cuenta que en un largo trecho de mi vida no había sido consciente de mis decisiones respecto a lo más básico para estar en Vida, como: ¿Qué comer? Si, “estudiaba”, y me entregaba, además Agronomía donde se “enseña a cultivar la tierra”, pero ¿Cómo había sido mi alimentación durante mi paso por la Universidad?. No me lo había preguntado y al preguntármelo, halle la respuesta.

Con mi experiencia personal y en contacto con gente que vivía sus propios procesos personales de recuperación de salud, buscando un camino con sentido, y con lo que lograba ver desde los distintos lugares donde decidía estar, llámese la comunidad, la familia, la escuela, el trabajo, la parcela, la cocina; comprendí que estábamos en algo distinto a la Vida, que toda expresión de Vida estaba siendo atacada y exterminada. 

Fue ahí que mi proceso de mala salud se vio revelado, lo que sucedía a mi cuerpo, como sucede al cuerpo de muchas personas, hombres y mujeres, sin distinción estaba también sucediendo a la Tierra, a las plantas, a los animales, una intervención en todos los sentidos para hacernos “productivos y enfermos”, recibí un mensaje claro de volver al origen, fue en este proceso de despertar, de autodescubrimiento, de despojarme de la información falsa o sin sentido que había recibido por tanto años, y de quitarme las vendas de los ojos, que encontré con una explicación profunda de la salud celular, me adentre en un viaje de aprendizaje muy sanador en VER-DAD y revelador sobre nuestra propia naturaleza; se hizo sencillo sin mayor interpretación, asumir mi propio aprendizaje, a desaprender y aprender a moverme en la realidad de la VIDA. Comprendía al fin los sanos que fueron pueblos ancestrales mucho, mucho tiempo atrás, con capacidades reales y gran potencial de observación y atención que tenían con la realidad que vive, con el mundo; pudiendo ubicarse, comunicarse, relacionarse y vincularse con todos los movimientos de su entorno, la tierra, las plantas, los animales, la luna, el sol, las estrellas, los planetas y puedo decirlo, el universo entero. 

Ahora esa capacidad está agotada y las pocas gentes que aún nos quedan, se están yendo pronto; me había hecho preguntas como ¿porque los abuelos sabían sembrar y cosechar con la luna?, ¿porque tenían la conciencia y el respeto por las cuatro estaciones que vive la Tierra en un año?, ¿porque ellos sabían que el tepache les hacía bien al estómago?, la respuesta fue sencilla, porque ellos se movían y vivían en su realidad y naturaleza, vivían los procesos, no en ideas; porque lo aprendieron al contacto con el tejido que vive, así desarrollaron la mejor salud y atención necesaria para estar en lo que la Vida invita a estar, en SER. 

La tierra femenina espejo de mi cuerpo femenino, al serme revelado fue lo que debía ser, con mucho movimiento fuerte; y así como lo hacen las plantas a través de sus raíces para obtener los nutrientes que las alimentan y las hacen crecer, fui profundo hacía mí en esa obscuridad y silencio que una nueva semilla requiere para poder germinar, me deje fluir en plenitud conmigo misma, en coherencia con lo que creo y deseo para mí, y para todo SER que está en Vida: una vida sana, en armonía consigo mismos, con lo que ES y SOMOS, honrando a la madre y al padre que nos siembra, gesta, nutre y hace crecer en la vida. Porque si estamos sanos, el pueblo está sano, la tierra se sana y la Vida se Alegra.

Así nace Mujer Tierra, que se propone, ver a la VIDA en su esencia verdadera, tomar decisiones sabias y certeras para cuidarla y protegerla, no solo para el disfrute nuestro y del presente, si no para las generaciones futuras, dejando para ellos un legado de VIDA.

Hoy me declaro guardiana de la VIDA, guía y acompañante en procesos de sanación a través de compartir mi experiencia de sanación propia; promuevo y difundo SALUD para el SER HUMANO y la TIERRA, a través de la siembra, cultivo y consumo de alimentos y plantas medicinales sanas bajo un enfoque de regeneración vital y del entendimiento de la Vida desde la microbiología, la célula humana, y con el método práctico de “aprender-haciendo”. 

Agradezco a la Madre Tierra, al Padre Sol, Madre de la VIDA, sostenedora, bondadosa y generosa, por todas sus bendiciones, por permitirme este momento de presentación. Con respeto y gratitud a mis maestros, maestras y guías que han confiado y acompañado mi viaje de aprendizaje infinito que he asumido con todo gusto, compromiso y honor.